martes, 27 de septiembre de 2011

OPETH - Heritage (2011) - Crítica


Opeth - Heritage
Suecia
Roadrunner Records
Editado el 14 de Septiembre de 2011
Estilo: Rock Progresivo

     

La sola idea que estos genios de la música estén abandonando cada vez más su tesitura Metal a favor del Rock Progresivo u otros estilos, es algo que acaba por darme pánico. Dicho de otra manera, se les está yendo la pinza por mucho que me cuenten o tengan que “evolucionar”.

El caso de OPETH comienza ya a ser preocupante porque es de esos grupos que de tanto querer avanzar, corren demasiado y al final pierden su propia idiosincrasia. Negar a estas alturas el nivel de calidad que corresponde a los músicos que forman parte de Opeth es también de género idiota, eso nadie lo niega. Ya quisieran muchos tener la centésima parte de genialidad que ellos, son unas máquinas y verles en directo es una experiencia muy aconsejable.

Su último disco “Heritage” es un compendio extraño, ambiguo, de diferentes estilos entreverados sin que te permitan discernir qué es lo que uno está escuchando en esos precisos instantes. Hasta bien entrado el cuarto tema todo es templanza y parsimonia con partes o fusión de Jazz, Rock Progresivo, Club de Medianoche y fiestas de guardar. Después, más de lo del principio.

Pasajes lentos, aburridos, sin motivación, incapaces de transmitir un atisbo de energía. Olvídate de voces guturales, Death Metal, Heavy y cualquier otra historia que implique la palabra “Metal” por doquier.

La propia HERITAGE abre el álbum, a modo de intro es una monición que hace presagiar lo que se te viene encima. Un piano melancólico despliega sus mortecinas notas a las que se une un contrabajo.

Con una campanada y un sonido de teclado Hammond empieza THE DEVIL’S ORCHAD, de hecho, esa línea de Rock Progresivo tan enfatizada será la que hallarás a lo largo de todo el disco como espina dorsal del mismo. Las recientes giras con Dream Theater también se dejan caer débilmente y tras un inicio de los 70, la fulgente voz de Mikael Åkerfeldt realiza una gran aportación antes de adentrarse en la estrofa. Rompen esquemas al dejar sutilmente reminiscencias a lo jazz, tal y como ha reconocido el propio grupo. Martin Axenrot juega con su batería entre notas extrañas de teclado que se cruzan creando confusión o perplejidad en el oyente. Menos mal que en el último fragmento una guitarra nos rescata con un brillante solo.

Vamos con una de composiciones más interesantes del disco (por tramos), I FEEL THE DARK. Una guitarra clásica abarca el preámbulo de un modo muy acertado por su bonhomía aderezado con el tono vocal de Mikael, entendiéndose los dos a la perfección. Como por ensalmo la composición rompe los esquemas tornándose más activa, los teclados interactúan y se muestra con brillantez, toques de Hard Rock más potentes en un alarde de técnica sensacional. Al final se regresa a la templanza del comienzo. Es un corte que está bien en determinadas situaciones, se te puede hacer pesado pero tiene algo de gancho.

Y como si esto fueran los Deep Purple llega la canción que posee más garra y con la que podrás respirar un poco, SLITHER. De hecho se podemos hablar de la única “cañera” del disco. Con presteza y unas voces increíbles se desarrolla esta pieza en una onda muy Hard Rock de los setenta. El bajo imprime un ritmo con notas muy bien definidas y las guitarras por fin se muestran más irreverentes, acordes al sonido predominante pero con fuerza. Nos sorprenden con un gran cambio de guitarra clásica que embellece el conjunto final.

Dicen que lo bueno dura poco, así es, en este disco se demuestra dicha teoría. NEPENTHE regresa a esos toques tan insólitos con flecos de jazz, rock progresivo. Muy pausada, imaginando ese contrabajo dirigiendo cada ámbito del tema junto a la batería con una cadencia apagada y si me apuras, empalagosa. Menos mal que está el solo de guitarra para aliviar y sacarte de este duermevela que no tiene ni pies ni cabeza.

Algo más de color aparenta HAXPROCESS sobre todo en su segunda fase tras el soporífero exordio. La batería arranca con un estilo vivaz a la par que el resto de instrumentos dan la sensación que siguen cada uno su camino, eso sí, incorporados en un chocante avance al unísono. Aburrida.

Una flauta lejana sirve de preámbulo a FAMINE fundiéndose en un lamento agónico bajo el cual, surgirán toques de bongos muy indefinidos que dejarán lugar al piano. Seguimos sin salir de las tesituras anteriores hasta que por fin las guitarras en un plano más del rock progresivo, nos imbuyen junto a los teclados en otra atmósfera diametralmente opuesta a lo concebido en el primer tramo. Hay momentos que me recuerdan de modo lejano a partes de Black Sabbath. Las estructuras y los cambios en Opeth son infinitos creando unas amalgamas insólitas, por desgracia en este caso en su sección final resulta soporífera.

Batería y bajo como escaparate de THE LINES IN MY HAND con una excelente entrada vocal de Mikael y ni qué decir tiene, la labor aquí de Martín Méndez es incuestionable. Casi en un ejercicio de demostración y habilidad, cada músico va incorporando nuevos elementos y de la pausa iremos pasando a una viveza mayor. Englobada en este campo progresivo va rematando su recorrido con más empuje que sus compañeras. Sorprendente.

Extensa ante nosotros se presenta FOLKLORE pero con un sutil preludio en el que una vez más el bajo de Martín es referencia inequívoca de este elepé. La guitarra creará una melodía relajante que encaja muy bien en el contexto mientras la voz de Mikael es pasada por un filtro. Cuando este corte parece coger soltura, una emotiva guitarra clásica desconcertará al oyente. Luego será el turno del piano antes de entrar en uno de los mejores solos de guitarra del disco. De lo mejorcito del disco en el cómputo general.

Con ese aura del pasado tan personal de los suecos, aunque algo lejano, MARROW OF THE EARTH se desenvuelve con guitarras clásicas siendo instrumental la pieza con la que cerramos este “Heritage”. Con un sonido más propio de otras épocas el teclado Hammond recupera el protagonismo despidiendo poco a poco esta gran composición.

Siento de verdad hablar hoy de los Opeth de esta manera pero… qué peñazo de disco, escuetos instantes los que puedo salvar y poca cosa más que no sea la entrega de estos MÚSICOS con mayúsculas. Una cosa, no resta la otra.

Desde luego no es un compacto que se pueda constatar como minimalista, su sonido es espectacular y goza de una producción de calidad muy alta. Cada instrumento está muy bien definido y rompen esquemas rememorando sonoridades de otras décadas.

La polémica está abierta por lo tanto, unos lo defenderán a muerte por ser unos genios y dar un giro inesperado a su carrera. Otros lo considerarán un paso más que no tiene lógica pero os aseguro que no dejarán indiferente a nadie.

El problema damas y caballeros es que el grupo ha aseverado que “quizás vuelvan a sus tiempos primigenios” pero no es del todo seguro, es más, no tienen intención alguna a día de hoy. La controversia no ha hecho más que empezar.

Si ya sabemos que son unos músicos de primera pero no hace falta que se compliquen tanto la vida. Les pasará como a los Anathema y otros grandes, se van, se van, se van… muchos para no regresar, otros sí pero con discos como este “Heritage”, mejor que se queden en el país de nunca jamás. Muy irregular.


Listado de Temas:
  1. Heritage.
  2. The Devil's Orchad.
  3. I Feel The Dark.
  4. Slither.
  5. Nepenthe.
  6. Haxprocess.
  7. Famine.
  8. The Lines In My Hand.
  9. Folklore.
  10. Marrow Of The Earth.

Formación:
Mikael Åkerfeldt: Vocal, Guitarra y Piano - Martín Méndez: Bajo - Martin Axenrot: Batería - Fredrik Åkesson: Guitarra - Per Wiberg: Teclados, Hammond.

Web Oficial:



OPETH - The Devil's Orchad





OPETH - Nepenthe





OPETH - Haxprocess